sábado, 25 de julio de 2015

Democracia liberal


La democracia liberal es una representación de gobierno o régimen que radica el establecimiento de una democracia representativa, donde la cabida de los actores o representantes electos para la toma de decisiones políticas se encuentra sujeta al Estado Constitucional de Derecho y contenida por una constitución que destaca y enfatiza la protección de los derechos y libertades individuales y colectivos.
Los derechos y libertades protegidos por las constituciones de las democracias liberales, suelen estar cuidados y precautelados constitucionalmente, o bien mediante ley que pueden dar a ciertas instituciones o establecimientos la capacidad de administrar o reforzar dichos derechos.
Lo dice Gregario Marañón en el prólogo a sus Ensayos liberales: "ser liberal es (...) primero, estar dispuesto a entenderse con el que piensa de otro modo". Es una actitud hacia los demás, es un talante, una forma de actuar.
Liberalismo en el Ecuador:
En nuestro país, tras un cambio cultural, económico y político inculcado especialmente por las transiciones de poder, las mismas que han surgido históricamente mediante la violencia; ha permitido que en la actual Constitución de la República del Ecuador se fomente un Estado Constitucional de derechos y justicia social, lo que implica en teoría el fortalecimiento de la república, los criterios más frecuentes para distinguir las democracias liberales toman la forma de derechos y libertades específicos. Los más claros ejemplos son:
  • Derecho a la vida y a la integridad de la persona.
  • Derechos de participación
  • Derechos del buen vivir
  • Derechos de las personas y grupos
  • Libertad de movimiento por el país.
  • Igualdad ante la ley y derecho al debido proceso bajo el Estado Constitucional de Derecho.
  • Libertad de expresión.
  • Libertad de prensa y acceso a fuentes alternativas de información.
  • Libertad de reunión y asociación
  • Libertad de enseñanza.
  • Libertad de culto.
  • Independencia judicial, etc.
En el Ecuador, debe propenderse una actitud de “oposición leal y real”, la misma que viene a significar que todas las partes comparten unos mismos valores democráticos, de manera que un grupo político puede no estar de acuerdo con otro, pero debe siempre tolerar sus ideas; así mismo, quienes están al frente o en la cúspide del gobierno deben actuar con responsabilidad y respeto hacia las sociedades que no estén de acuerdo en parte o en todo de las políticas que ha implementado el régimen, peor aún intentar imponerlas por la fuerza sus decisiones.
Para culminar, los ciudadanos artífices de sus vidas deben tener claro que algunas ideologías políticas están vinculadas y supeditadas a un intento de justificación o alegato teórico y pretenden trasladar de manera coactiva su proyecto de organización social y económica al emporio o ciudadanía, para ello captan la realidad nacional del momento y pretenden ajustarla a sus intereses políticos utilizando determinados procedimientos, muchas veces poco democráticos.
Ideologías, como la del socialismo, por ejemplo, se han desarrollado bajo la utopía de «crear un mundo nuevo, irreconocible y basado en una supuesta igualdad entre todos los seres humanos», a base de mandatos o preceptos coercitivos y leyes que aparentemente o ficticia mente van por delante de la propia evolución y perfeccionamiento natural del ser humano, bajo la justificación inexacta de que se efectúa en pro de la justicia social, la igualdad, etc.
Conclusión:
La ideología del liberalismo, busca que sea el propio ser humano quien imprima el prototipo de su evolución, pues para el liberalismo es la naturaleza creativa del ser humano quien le convierte en el indiscutible protagonista de todos los procesos sociales. El liberalismo, por tanto, no puede constituirse en una doctrina con un asiento único, ni pretende innovar las excelentes teorías capaces de organizar el proceder del ser humano en sociedad, porque tiene su originen en las experiencias de la vida cotidiana, opiniones, juicios, costumbres, valores, pautas de conducta que orientan nuestras acciones. Es más bien, una suma de ideas y no una ideología cerrada y excluyente. El liberalismo en contraposición con el conservadurismo, no pretende mantenerse anquilosado en la historia, sino más bien evolucionar y aprender de ésta.
Las democracias liberales se suelen caracterizar por la tolerancia y el pluralismo; las ideas sociales y políticas diferenciadas, incluso las más extremas, pueden coexistir y competir por el poder político siempre sobre una base democrática.
http://www.derechoecuador.com/articulos/detalle/archive/doctrinas/derechopolitico/2009/11/12/democracia-liberal

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